Inseparabilidad de maestro y discípulo

10.03.2018 09:21

 

LA NOBLE MISION DEL MAESTRO Y LOS DISCIPULOS

14- Carta a Jakunichi-bo

La lucha compartida por el mentor y el discípulo:
construir una vida de misión, imbuida de
profunda esperanza, para iluminar la oscu-
ridad con la gran luz del budismo.

Le agradezco de corazón que me haya escrito a un lugar tan distante [como el monte Minobu], Es sumamente raro nacer como ser humano. Pero usted, además de estar dotado de forma humana, ha tenido la especial fortuna de conocer el budismo. Y de las muchas enseñanzas del Buda, ha tomado contacto con el daimoku —o títulodel Sutra del loto y se ha convertido en su devoto. ¡En verdad, una persona como usted tiene que haber hecho ofrendas a cien mil millones de budas en sus existencias pasadas!

Nichiren es el supremo devoto del Sutra del loto en el Japón. En toda esta tierra, sólo él ha vivido la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción». En esta estrofa, los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas juraron propagar el Sutra del loto, pero ni uno sólo pudo cumplir su promesa. [...]

El hecho de que yo me haya dado el nombre «Nichiren» (‘Sol Loto’) deriva de mi propia iluminación con respecto al vehículo de la Budeidad. Tengo profundas razones para expresar esto que digo, aunque a otros pueda parecerles que hablo así porque creo ser sabio. El sutra manifiesta: «Así como la luz del sol y de la luna disipa totalmente la penumbra y la oscuridad, así esta persona, a su paso por el mundo, puede erradicar la oscuridad de los seres vivos». Considere con detenimiento el significado de esta cita. «Esta persona, a su paso por el mundo» quiere decir que en los primeros quinientos años del Ultimo Día de la Ley se producirá el advenimiento del bodhisattva Prácticas Superiores, quien alumbrará la oscuridad de la ignorancia y de los deseos mundanos con la luz de los cinco ideogramas de Nam-myoho-renge-kyo. De acuerdo con este pasaje, Nichiren, como enviado de este bodhisattva, ha exhortado al pueblo del Japón a aceptar y mantener el Sutra del loto.

Su esfuerzo inclaudicable no flaquea jamás, ni siquiera en esta montaña [Minobu],

El sutra sigue diciendo: «Cuando yo [Shakyamuni] haya pasado a la extinción, deberéis aceptar y mantener este sutra. Quien lo haga accederá al Camino del Buda con toda certeza y sin ninguna duda». Por lo tanto, los que se conviertan en discípulos y seguidores laicos de Nichiren deberán comprender los profundos lazos kármicos que comparten con él y propagar el Sutra del loto de la misma manera que él lo hace. [...]

Crea en el Gohonzon con todo su corazón, pues es la túnica que lo protegerá después de la muerte. Ninguna esposa privaría de ropa a su marido; ningún padre dejaría de condolerse al ver a su hijo temblar de frío. El buda Shakyamuni y el Sutra del loto son como nuestra esposa o nuestros padres. Usted me ha ayudado y, de esta manera, me ha salvado de la deshonra en esta vida; en agradecimiento, yo lo protegeré del escarnio en la siguiente. Lo que ayer hicimos a otros, hoy alguien nos lo hará. Las flores se convierten en frutos, y las desposadas, en suegras. Recite Nam-myoho-renge-kyo y mantenga siempre una fe activa.

No sé cómo agradecerle sus frecuentes cartas. Jakunichi-bo, por favor, transmita todas estas enseñanzas detalladamente a esa creyente[1].

¿Cuál es el propósito de la vida? Ser feliz. ¿En qué consiste, entonces, la felicidad genuina? En establecer en nuestra vida un estado indestructible de suprema dignidad mediante la práctica de la fe en la Ley Mística; un estado de vida imbuido de las cuatro nobles virtudes de la Budeidad —eternidad, felicidad, verdadera identidad y pureza—,[2] que perduren eternamente a lo largo del ciclo de nacimiento y muerte.

El propósito esencial del budismo del Daishonin es que perfeccionemos y forjemos nuestra vida mediante la fe. Este es el camino emprendido por los Bodhisattvas de la Tierra,[3] los verdaderos protagonistas del kosen-rufu, o propagación universal de la Ley. Ellos se empeñan en guiar a todos los semejantes por el camino seguro hacia su felicidad genuina, mientras se dedican a su propio desarrollo espiritual. Siguen una práctica de aspiración a la felicidad personal y ajena, un camino de misión dedicado a promover el kosen-rufu.

En Carta a Jakunichi-bo, el Daishonin indica que está cumpliendo la función del bodhisattva Prácticas Superiores,[4] adalid de los Bodhisattvas de la Tierra, y enseña cuán noble es consagrar la vida a propagar la Ley Mística con el mismo propósito y postura que el maestro. Al final del escrito, el Daishonin explica que el beneficio de creer en el Gohonzon adornará no sólo esta existencia, sino también las existencias futuras. Dice: “Crea en el Gohonzon [...] es la túnica que lo protegerá después de la muerte”.[5] Estas palabras podrían indicar que el destinatario había recibido un Gohonzon del Daishonin, y que esta era una carta adjunta.

Exhorta a esta seguidora a propagar el Sufra del loto tal como él lo hace, y a vivir toda su existencia como una devota del Sutra del loto. Cabe inferir que, habiéndole conferido el objeto de devoción, necesitaba explicarle qué significaba realmente perseverar en la fe como una Bodhisattva de la Tierra.

Antecedentes

Se cree que esta carta, fechada el 16 de setiembre de 1279, fue enviada a un creyente laico por intermedio de Jakunichi-bo, uno de los sacerdotes discípulos del Daishonin.[6] El contenido y el lenguaje del texto sugieren fuertemente que la destinataria era una mujer que tenía estrecha relación con los padres del Daishonin, y en vista de ello, es probable que fuese oriunda de la provincia de Awa (actualmente, región sur de la prefectura de Chiba)[7], donde nació el Daishonin. A comienzos de la era Bun’ei (1264-1275), Jakunichi-bo y su familia habían adoptado como maestro a Nichiren Daishonin, quien se hallaba propagando sus enseñanzas en la región. Jakunichi-bo tomó los hábitos y fundó, luego, el templo Tanjo-ji, en Kominato, para conmemorar el sitio donde había nacido el Daishonin. También se cree que la carta pudo ser enviada, por intermedio de este sacerdote, a una creyente de la provincia de Kazusa.

En ella, el Daishonin revela el significado de su nombre, «Nichiren», dando a entender que se refiere al Buda que impartirá la iluminación a todos los seres humanos en el Último Día de la Ley. Declara que sus discípulos también deben esforzarse por transmitir la suprema enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo a toda la humanidad. Luego, explica que el demonio que, según la leyenda, nos despoja de nuestra vestimenta en el momento de la muerte, simboliza el abandono de todas nuestras imposturas y apegos superficiales, como la riqueza, el poder o el conocimiento.

Para finalizar, alienta a Jakunichi-bo y jura protegerlo en su próxima existencia, así como este se encuentra protegiendo al Daishonin en esos momentos. De tal modo, el Daishonin esboza la profunda naturaleza eterna e intemporal que caracteriza la relación entre maestro y discípulo.

 
  EXPLICACIÓN

 

 

 

  1. “Buda es quien lucha y triunfa en cada desafío”
  1. En este escrito, Nichiren Daishonin recalca la importancia de que sus discípulos se esfuercen en bien del kosen-rufu (la amplia propagación de Nam-myoho-renge-kyo) con la misma postura que lo ha hecho él.
  2. Practicar con “el mismo espíritu de Nichiren” significa considerar su vida como modelo y referencia permanente de nuestra conducta y basar nuestra vida siempre en el Gohonzon (que representa el estado iluminado del Buda).
  1. La profunda relación que une a maestro y discípulo
  1. Comprender cuan profundos son los lazos kármicos que compartimos con nuestro mentor no significa especular sobre lo que habrá ocurrido en nuestras existencias pasadas; en realidad significa que aquí y ahora, tenemos que ponernos de pie con coraje y practicar con la misma postura que el buda Nichiren.
  2. Todo se reduce a que practiquemos seria y sinceramente, de una forma que concuerde con la época y con el mismo espíritu que nuestro mentor.
  1. Asumir nuestra misión
  1. Luego de la frase citada, Nichiren Daishonin señala que ser devoto del Sutra del loto es un destino “amargo pero inevitable”. Esto también puede leerse como “una misión profunda e inevitable”.
  2. El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda dijo cierta vez: “!Que destino terrible es vivir en esta época [signada por la guerra y la miseria]¡ Por otro lado, nada podrá causarme tanta alegría y orgullo que haber nacido […] justo cuando se cumplen siete siglos desde que Nichiren Daishonin estableció su enseñanza, y haber asumido el deseo del Buda de lograr el kosen-rufu

CONCLUSION

 
   

 Tal como expresa el maestro Ikeda en su disertación: “Hoy se extiende alrededor de nosotros una vasta red Bodhisattvas de la Tierra, unidos por un profundos lazos kármicos, en 192 países y territorios. Cada uno de nosotros escogió nacer en esta época para cumplir nuestra misión, ese ‘destino inevitable’, ¡no puede haber alegría más grande que esta¡ El verdadero desafío está por llegar. Así que avancemos por el gran camino de nuestra misión, cada vez con mayor energía y plenitud”.



[1] Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, págs. 1038-1039.

[2] Cuatro virtudes: Cuatro nobles cualidades de la vida del Buda o de la Budeidad, también conocidas como los cuatro paramitas o los cuatro paramitas virtuosos —eternidad, felicidad, verdadera identidad y pureza—; la palabra paramita significa “perfección”. “Eternidad” alude a lo invariable y eterno; “felicidad” indica una tranquilidad que trascienda todos los sufrimientos; “verdadera identidad” alude a la naturaleza intrínseca verdadera, y “pureza” significa libre de ilusiones o de conducta errónea.

[3] Bodhisattvas de la Tierra: Incontables bodfiisattvas a quien Shakyamuni convoca en el capítulo “Irrumpir de la Tierra” (15s) del Sutra del loto. En el capítulo “Poderes sobrenaturales” (21a), Shakyamuni confia a estos bodhisattvas, sus verdaderos discípulos, la enseñanza esencial que deberán propagar en la época de maldad posterior a su muerte.

[4] Bodhisattva Prácticas Superiores: Líder de los Bodhisattvas de la Tierra. Sha-kyamuni encomienda a Prácticas Superiores la propagación del Sutra del loto durante la época de maldad conocida como Ultimo Día de la Ley. En sus escritos, Nichiren Daishonin se identifica con el bodhisattva Prácticas Superiores y dice que está cumpliendo la misión confiada a este bodhisattva por Shakyamuni; también se refiere a su labor de propagación como la función del bodhisattva Prácticas Superiores. Nichikan Shonin, 26a sumo prelado, consideraba al Daishonin la reencarnación del bodhisattva Prácticas Superiores en cuanto a su comportamiento externo, y el Buda del Ultimo Día de la Ley, en cuanto a su iluminación interior.

[5] END, pág. 1038.

[6] Jakunichi-bo (n.d.): También conocido como Jakunichi-bo Nikke, sacerdote discípulo de Nichiren Daishonin. Es hijo del señor feudal de Okitsu, en el distrito de Izumi, provincia de Kazusa (hoy día, perteneciente a la prefectura de Chiba). Se dice que toda su familia se convirtió a las enseñanzas del Daishonin, pero no se sabe a ciencia cierta sobre los detalles.

[7] Nota de los editores del SGI Newsletter: Las investigaciones recientes revelan que esta carta supuestamente fue escrita para una seguidora laica que habitaba en la provincia de Awa, área que en ese entonces estaba bajo administración de Jakunichi-bo.